Es de suma importancia comprender
nuestra condición política Social y Cultural. Somos empobrecidos, marginados,
explotados y asimilados. Convertidos en simple mano de obra del invasor
occidental-europeo, sus hijos y nietos.
La Reafirmación identitaria no puede
separarse de la Conciencia que se adquiere luego de la comprensión, de la
realidad y de la necesidad de Transformación de la misma.
Nos imponen un Mundo Ajeno que solo
nos produce Malestar. El ser Mapuche en su práctica integral entra en profunda
contradicción con el Capitalismo y se convierte en alternativa política. Dos
visiones de orden social se hacen públicas y confrontan, hasta agotar el plano
de guerra de ideas. Allí es donde comienza la Materialización de las mismas.
Por un lado, la practica cultural no como folclore sino como forma de vida y la
vitalidad en la posesión de la Tierra. Es en ella donde se desarrolla la vida
del pueblo como cultura y la cultura como pueblo, desde la integralidad
consecuente y el control de la propia vida; y no por las leyes del Mercado y el
Estado opresor.
En
la actualidad, el hecho del autoreconocimiento Mapuche significa
autoreconocerse parte de una Nación Oprimida, en el tercer mundo. Reconocer la
Opresión nos plantea el desafío de su superación; y las búsquedas de caminos
liberadores, “porque el ser consciente de la Opresión y no actuar contra
ella convierte al Oprimido en cómplice de su Opresor.”